Blogia
Airam,El Angel Nocturno

INTERMINABLE

INTERMINABLE Ese mes de Mayo estaba siendo interminable. Un psicólogo le había confirmado lo que ya se figuraba: Estaba al borde de la depresión nerviosa, a causa del trabajo, pero al borde de la depresión.
El mes había pasado sin pena ni gloria, cada vez con más ganas de encogerse en la cama cada mañana cuando sonaba el despertador y de quedarse allí encogida durante las siguientes nueve horas, sin pisar fuera, sin acercarse al trabajo.
Lo peor de todo era que se sentía completamente inútil, el miedo que le estaba cogiendo a la gente y la incapacidad para encontrar otro trabajo, era frustrante. Tambien pagaba con las personas que quería su mal humor.
El problema era encontrar otro trabajo con esos problemas de autoestima. Se estaba dando cuenta de que con los problemas de autoestima su dislexia empeoraba y maldecía su obsesión de quedarse en Madrid y encontrar algo de lo suyo.
No estaba de humor nunca como para hacer nada. Solo quería encerrarse en su burbuja y mirar a través del cristal.
Esa mañana de viernes se había levantado llorando. Era el colmo no podía aguantarlo mas, y empezaba a sospechar que mas que al borde de la depresión estaba metida de lleno en ella.
Su carácter empezaba a rebelarse, su cuerpo empezaba a pedirle el descanso que necesitaba. Con el paso de los días se estaba dando cuenta que temía a la gente lo suficiente como para no querer hablar con ella, de que estaba mal pero no podía hacer nada por remediarlo, cada vez mas en el fondo del pozo.
A media mañana recibió una llamada de Marcos. Volvía a irse, esta vez se largaba a Ucrania no se sabia por cuanto tiempo.
Marcos. Con el paso de los años entre Marcos y ella se había desarrollado una extraña relación: Le había admirado, le había querido, le había odiado, le había envidiado, le había aborrecido, le había apoyado y ahora volvía a envidiarle. Pero esta vez no le envidiaba su estilo de vida si no su trabajo, le envidiaba que hacia lo que le gustaba y ella estaba encerrada en un trabajo que la tenia emocionalmente muerta.
No se sentía bien, estaba cansada de gritos y de que cayeran broncas por los dos bandos: jefes y el teléfono. No tenia problemas en la tienda, iba alegremente todos los días y era lo que la mantenía en pie, en marcha para soportar lo otro, para soportar ver como las candidaturas que dejaba en Infojobs se desestimaban una detrás de otra. Eso tambien era un problema por que era lo que hacia que se sintiera inútil y mayor. ¿Cómo podía sentirse mayor alguien que solo contaba veinticinco años?
Mientras tanto seguían pasando los días, uno detrás de otro, siempre iguales. Y estaba cansada de psicomatizar las cosas, de tratar con gente enferma, de salir siempre con dolor de cabeza, de faringitis cada poco tiempo… La noche anterior había estado llorando sin motivo alguno, solo por que tenía miedo de enfermar. Se había encogido entre los brazos de su buhito y se había entregado a los mimos que tanto necesitaba y tanto le costaba pedir, mientras lloraba y no sabía por que lloraba. Estaba relativamente sana pero en los últimos tiempos le daban bajadas de tensión y dolores de cabeza. Nada de importancia decía el medico, todo debido al estrés. Pues puto estrés que la estaba poniendo así y puta depresión. Notaba que le daban pequeños ataques de ansiedad y ataques de pánico ante la idea de enfrentar otro día de trabajo en el curro de las mañanas.
No sabia por que ese trabajo le estaba afectando tanto cuando ninguno de sus anteriores trabajos le había afectado así. Si era verdad que en esos trabajos había sufrido ataques agudos de estrés y mala leche, pero en ninguno de ellos se había sentido despreciada, ni inútil, ni mala persona… Ni muchas otras cosas que sentía ahora.
Esa mala mañana de viernes tenia ganas de abrazar a su buhito, de agradecerle que siguiera a su lado a pesar de los muchos problemas que tenia últimamente, de agradecerle los veinte meses que llevaban juntos y las muestras de afecto y de cariño.
Cuando pensaba en su buhito no podía creer que después de veinte meses a veces se siguieran comportando como dos adolescentes recién enamorados y tuvieran las broncas de los mismos adolescentes. Había veces que se seguían parándose en los semáforos besándose, paseaban cogidos de la mano y se daban cariño… Eso formaba parte de las cosas buenas, de las que le ayudaban a darse cuenta de lo mal que estaba en ese trabajo, de lo en el fondo del pozo que se encontraba. Eran las cosas buenas las que le daban ganas de luchar solo era que se hacia cuesta arriba…
Por lo demás estaba bien y quería y firmaba por otros veinte meses con el buhito.

Desde su rincón del ciberespacio:

Airam, el Ángel Nocturno

1 comentario

Xiluso -

Como me recuerdas a mi mismo hace unos cuanto años, todos tenemos un pasado oscuro. En el 2005 tuve una mala epoca, de eso es reflejo mi antiguo blog
http://meduele.bitacoras.com.

Pero hace tiempo encontre una solución tener un buzón para mis problemas, ahí los dejo por la noche y al dia siguiente curiosamente encuentro menos o se han simplificado. Un bonito cuento
http://miamigaluna.blogspot.com/2007/07/un-poco-de-luz.html